PEDRO CABIYA
Escritor, poeta y
guionista
pedro.cabiya@gmail.com
Trataré de ser breve.
Una simple notita escrita en una servilleta para que la guarde en la cartera y
la lea cuando tenga una oportunidad. También intentaré ser llano y no enredarla
mucho: necesito que me entienda, y usted da la impresión de no entender (o no
querer entender) cuando los temas son especialmente espinosos, o cuando las
ideas son demasiado elaboradas.
El pasado 11de noviembre, a la postre de una
concentración multitudinaria que se reunió en el Parque Independencia en contra
del abuso y la corrupción, en el ocaso de un día maravilloso e importante para
el país que usted medio preside, se publicaron en su cuenta de Twitter tres
tuits muy significativos por cuánto revelan sobre la cúpula a la que usted
pertenece... y sobre usted misma. Estos tres tuits forman un solo mensaje.
Es
este:
Me alegro de corazòn
que la manifestación de esta tarde pasara sin contratiempos. En su momento el
Prdte Medina y el exPdte Fernàndez explicaràn a todo el pais la verdad sobre la
reforma fiscal. No podemos permitir que intereses y manipulaciones afecten
nuestros jòvenes ni nuestra sociedad. El pais y nuestro pueblo tienen que estar
por encima de todo y de todos siempre.
Me hago dos preguntas.
La primera es obvia y debió disparar las alarmas de todo buen lector: si a raíz
de la manifestación de ayer, el presidente Medina y el ex presidente Fernández
se han visto obligados a "explicar al país la verdad sobre la reforma
fiscal", ¿qué es lo que han venido haciendo hasta ahora? ¿Elaborando una
mentira? ¿Enturbiando las aguas? Si la verdad es lo que dirán "en su
momento", ¿qué es lo que nos han venido diciendo? Que yo sepa, las altas
instancias de su partido han hablado hasta la saciedad del por qué de la
reforma. De hecho, lo único que han hecho es hablar; escuchar es la parte que
no se la da muy bien a ustedes. A lo que voy es a lo siguiente: ¿hay algo más
que decir, o hay algo que confesar? Es decir, lo que su marido quiere decirnos
¿añade a lo ya dicho, o revisa lo ya dicho?
Entiendo, igual que
cualquiera que tenga dos o tres neuronas funcionando, que se ha tratado de un
lapsus linguae o bien un lapsus digiti, puesto que el desliz ha sido de sus
dedos en el teclado, no de su lengua en el micrófono. A veces,
inconscientemente, queremos decir la verdad pero no podemos decirla por tales o
cuales razones. La verdad, sin embargo, irrumpe a veces a través de las
defensas más blindadas (¿aunque no tan blindadas como la economía?), se abre
paso entre conveniencias y pertrechos, irrumpe, se impone, aflora. La verdad es
ligerita y oxigenada, flota, y así lo hecho en este tuit en el que, sin ir más
lejos, usted confiesa que su esposo y el presidente electo y usted y el comité
político del PLD y sus bocinas y sus periodistas a sueldo y sus editorialistas
genuflexos y los legisladores postrados y sus zombis de RD$500 y sus lambones y
sus lamboncitos y sus lambonzotes y nuestros medios de prensa emputecidos y sus
apologistas de a peso y toda la alta jerarquía del gobierno nos han mentido.
La reacción de la
comunidad tuitera no se hizo esperar y le cayeron arriba como comején a mata de
aguacate. La mayoría de las veces las reacciones tomaron la forma de
cuestionamientos muy informados. ¿Por qué decirnos la verdad después? ¿Qué
momento mejor que ahora? ¿Por qué no decirnos "la verdad" antes de aprobar
el paquetazo a la mala? ¿Por qué ese gasto exorbitante del gasto público en
2012? Hace dos años ya Danilo hablaba de déficit, ¿por qué no corregir lo que
estaba mal desde entonces? Etcétera.
Si yo fuera usted, ante esa avalancha de
recriminaciones con fundamento me hubiera sentido... humilde. ¿No le dan la
pauta de quiénes son los dominicanos modernos esas respuestas tan rápidas,
acuciosas, leídas, astutas y suspicaces? ¿A qué viene querer confundir al
dominicano y la dominicana de hoy día con los gañanes semisalvajes que doblaban
el lomo en tiempos de Horacio Vásquez? ¿No se da cuenta de que se las ve ahora
con ciudadanos y ciudadanas alfabetizados, que leen, que estudian, que tienen
maestrías, que han viajado, que surgen de una clase media que se impone a base
de sacrificios, no gracias al Estado, sino a pesar del Estado? ¿Por qué no se
da cuenta, usted y los suyos, que el tremendo esfuerzo de la gente de este país
ha sacado adelante a una generación a la que no se le puede embaucar? ¿Que esa
misma generación es quien domina las redes y en algún momento regirá el país?
¿Que por lo menos en el ciberespacio los contrincantes son demasiado
formidables para usted? ¿Para cualquiera de ustedes? ¿No sospecha que, gracias
a ustedes, gracias a que se les han despojado de todas las alternativas, nadie
tiene ya miedo de nada? ¿A qué viene, entonces, la reconvención, escrita con
acartonamiento de geisha y condescendencia maternal, en la que acusa a sus
interlocutores de "insolentes"?
Siempre he estado
dispuesta y deseosa de escucharles por eso estoy en las redes, pero con
insultos e insolencia no les puedo entender.
Posiblemente, como
miembro del PLD, como primera dama y ahora como vice, acostumbrada a zalemas,
carantoñas, inclinaciones de cabeza y demás cortesías y postraciones que hacen
las pilas de gente vulgar que buscan congraciarse con el poder, el simple de
hecho de cuestionarla le parezca una afrenta insoportable. Y sin embargo, esos
son los ciudadanos y ciudadanas que poco a poco transforman el panorama social
y político de República Dominicana. Con suerte, todos serán así, incluso fuera
de las redes: contestatarios, difíciles de convencer, críticos, respondones,
discutidores, altaneros, informados, curiosos, motivados. Empoderados. ¡Oh! ¿y
no es su vida y su libertad y su felicidad y su prosperidad las que están en
juego? No hay otra forma de ser en un estado democrático moderno. ¿Por qué no
va acostumbrándose?
Alegar que interpelarla
y cuestionarla es una insolencia, es una insolencia. Afirmar que insulta quien
ejerce su derecho ciudadano a exigir a sus líderes detalles del manejo
presupuestario de la nación, es insultante. Declarar que "no
entiende" cuando un tuitero la interroga con la bizarría de quien está
apropiado de sus propios medios de análisis, es una aberración. Y es
preocupante. Decir que se siente
ofendida para invocar el deseado silencio, la quietud sepulcral que también
desean Danilo Medina, Leonel Fernández y los demás, es un chantaje infantil,
pero uno que se riega como la pólvora entre sus acólitos y correligionarios:
donde quiera que me meto, veo peledeístas, funcionarios y oficiales
desenmascarados que reaccionan ante el desenmascaramiento implorando
"respeto" y "tolerancia". ¿Anjá?
Me recuerdan a los
carajos de papi y mami que llegan a las canchas con la bola de baloncesto,
empiezan a jugar una cocinita con los tígueres y cuando ven que ya no van a
ganar dicen que tienen que irse antes del winning. Me recuerdan a los fanáticos
más orondos y bocones de un estadio que, perdido su equipo, hacen el camino al
carro hablando pestes del umpire y de los desmanes de los fanáticos del otro
equipo. Me recuerdan, en suma, a esa gentecita flaca de espíritu, ese
muchacherío sin grandeza al que le reconcome y rejode ver cómo se le caen todos
los palitos.
Lo cual me lleva a mi
segunda y última pregunta. Si, como dice en su tuit, se "alegra de
corazón" de que la manifestación se haya dado en orden, ¿por qué a
seguidas expectora sobre los jóvenes que allí se dieron cita y que dieron
ejemplo de gallardía, solidaridad, compromiso, originalidad? ¿Coño, que dieron
ejemplo de crianza y corazón? ¿Porque se presentaron dos o tres pendejos del
PRD que son la misma bazofia que los del PLD y que estamos tratando de superar
como al dengue? ¿Es que de verdad usted y los suyos están ciegos? ¿No ve que
ellos y ustedes son dinosaurios en vías de extinción, pterodáctilos
sanguinarios, velociraptors insaciables que un meteorito de juventud pronto
matará de hambre? ¿No ve que esos muchachas y muchachos, esos hombres y mujeres
de la clase media que se presentaron allí fueron a decir basta? ¿Usted no
comprende que armamos por las redes, en dos días, con confusión inicial de
lugar, una manifestación a la que asistieron más de 7,000 personas que no
estaban pagadas para estar allí? ¿Usted se va dando cuenta de lo que pasa?
El reperpero de bocinas
pagadas ha llegado a menospreciar "los dos o tres gatos" que usan las
redes. Yo cito un verso de César Vallejo: son pocos, pero son. Y contagian. Y
movilizan. Y entusiasman. Y pronto serán legión.
Concuerdo con usted en
algo; debemos proteger a nuestra juventud de la manipulación y de oscuros
intereses. Debemos, en fin, protegerla de ustedes (y cuando digo ustedes,
incluyo a ese hermanito de padre que tiene el PLD), y de todos los que quieran,
como con su tuit, envilecer sus acciones, azararlas, enfangarlas. También
concuerdo en otra cosa. El pueblo está por encima de todos. Muy principalmente
por encima de ustedes.
¿Sabe algo? El
profesor, ese memorable 11 de noviembre de 2012, hubiera estado con ellos.
Caramba. Parece, señora
mía, que no he sabido cumplir mi promesa de brevedad y que, en lugar de una
nota escrita en una servilleta, he frangollado un manifiesto en el mantel.
También noto, revisando mis palabras, que me he vaciado en preguntas. Quizá deba
terminar con una. Una pregunta que haga honor a sus tuits. Un pregunta que es
al mismo tiempo una invitación: ¿por qué mejor no se calla?