Confieso que sus destrezas
entre los montes me acerca un poco más a usted y me aleja cada vez más de los
que en su momento alquilaron jets privados con mi dinero, con el objetivo,
entre otras desvergüenzas, de cazar alabanzas y lisonjas en los reinos de este
mundo.
De todas maneras, Don
Danilo, su aguerrido espíritu campesino hace más falta en la ciudad de los impunes. Hace falta
que su aparato judicial sanciones a quienes desde la ciudad y alrededor del
mundo desfalcaron nuestros recursos. Esa
gente “distinguida” que voltearon el forro al pantalón y se robaron hasta las
pelusas….
Es que tanta obstinada
y recurrente indignación ciudadana contra la corrupción y la impunidad, sobre todo, la impunidad , no
es en vano…es una urgente necesidad
colectiva, Don Danilo.
Todos o casi todos
intuimos su sencillez asentada en su animal político.
Porque también usted es otro animal político, como el que más, solo que el
estilo y las circunstancias coquetean con el pudor y, por supuesto, las ganas verbalizadas en campaña de hacerlo diferente lo hace todavía potable
aunque no del todo digerible. Nos falta una contundencia, Don Danilo, una
firmeza, unas ganas de romper…
Insisto, nos faltan muestra, presidente Medina, de que
“hacer lo que nunca se hizo” no es solo sea otro exitosísimo slogan de campaña sino una
real, sincera y honesta VOLUNTAD POLÍTICA , y agrego , HUMANA, para sancionar a
los que durante años se han servido con
la cuchara grande sin que nada ni nadie cuestione ni mucho menos condene sus
inconductas.
Necesitamos que nos
laven el sucio. Lamentablemente heredamos un régimen presidencialista y el
Ejecutivo decide para lo bueno y para lo malo. Por eso le pedimos un mínimo de decencia. Que nos hagan sentir
que la gente seria, la que se levanta a las 6 de la mañana a coger un concho
para dirigirse a su trabajo es el ejemplo a seguir y no una banda de funcionarios enriquecidos hasta las
náuseas. En pocas palabras, algo muy de boga en estos días. ESTAMOS JARTOS DE QUE NOS ROBEN, SEÑOR
PRESIDENTE Y NO PASE NADA.
Sus visitas imprevistas
a cualquier rincón del país y ese
mensaje que nos envía de que “entre los
montes , monte soy” mientras vadea una cañada, valen oro. Sin embargo, falta
algo más, señor presidente, algo más, insisto, algo más.
Esta noche del martes
27, usted le hablar{a a la nación,
esperamos una señal, Se lo repito, necesitamos que nos laven el sucio, y con
justísima razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario