miércoles, 21 de diciembre de 2011

Fiestas Pascueras en Villa Consuelo


Mi familia y yo residíamos a finales de los 70s en Villa Consuelo- barrio de clase popular al norte de Santo Domingo- donde sus vecinos  para Navidad,   en las últimas horas de la tarde, sacaban sus mecedoras al frente de sus casas para deleitarse en la ingesta de ron Brugal-cógele el pasito al 70 – y disfrutar de  las voces trágico románticas  de Sandro o El Greco, o bailar en la calle  con los merengues contagiosos  subversivos del Combo Show de Johnny Ventura. El Tabaco es fuerte pero hay que fumárselo. 

Así empezaban las  Navidades, casi desde octubre. No importaba que hubiera doble sueldo o no. La vaina era gozar y disfrutar de una gran fiesta de la solidaridad, la alegría, la magia, de camaradería total. Las ilusiones brotaban por todos lados. Que si los Reyes, que sí el Niño Jesús…que la Vieja Belén. Los más viejos y los más jóvenes.

Cada noche, la muchachada estallaba cohetes chinos. Aquellos que venían envueltos en un papel de colores chillones, satinados, con un gallito kikiriki al frente, literatura en chino y olor a pólvora. Un artefacto oriental para un barrio pobre de una isla occidental.

La idea era poner los coheticos chino  debajo de una lata de leche condesada Nestlé  para que ésta volara por los aires. Eso era todo. El estruendo y el vuelo de la hojalata era la felicidad completa. Más que las patas de gallina, los buscapiés y los garbanzos. 

Los coheticos china y su bala –lata de leche condesada era la aventura  pirotécnica más fabulosa de las fiestas.
Luego estaban las fiestas de los  adultos. Tomando ron. Todos en círculo, en su ritual etílitico.  A veces sin decirse nada por minutos. La botella en el medio como gran tótem a adorar. Fumando y bebiendo, bailando a veces. Escuchando el Tuá Tuá de Félix del Rosario y sus Maravillosos Magos del Ritmo, las bombas navideñas de Puerto Rico, El Martiniqueño. Lucecitas de colores intermitentes en toda la sala  y  pesado olor a ron y nicotina.

En la cultura dominicana, el alcohol marca la pauta de la vida de las personas. En Navidad, era la excusa para juntarse a beber. Igual que ahora, solo que más y menos complicado.

La cena de Nochebuena consistía más o menos lo mismo de ahora: pollo, moro de guandules, pasteles en hoja, pastelitos, ensalada rusa, manzanas, uvas, ponche crema de oro y frutas secas.

Luego el 31 en la noche esperar el cañonazo.  Los abrazos para todos, vecinos y enemigos. Salir a la calle a dar abrazos y felicitar sin más. Una noche de amor urbano. Más tarde, los pequeños los mandaban directo y en vivo a la  cama, y al otro día, comer sobras. También el 25 se comía sobras.

Los Reyes era algo especial. Acostarse temprano y dejar la yerbita para los camellos, el trago de ron para Baltasar y el cigarrillo crema para Melchor. Al otro día, buscar debajo de la cama y salir de madrugada a jugar con el camioncito de plástico.
Increíble! En pleno Villa Consuelo los niños salían de madrugada a jugar con sus juguetes, en piyama o calzoncillos. NADA LES PASABA!

La Vieja Belén era para los que los Reyes no le dejaron nada. Recuerdo una vez que me dejaron un fusil de plástico AR15 de los que utilizaban los soldados norteamericanos en Vietnam, la guerra de entonces.
Recuerdo el dato porque dos jóvenes-supongo tendrían 20 años o menos- comentaron que mi “arma de fuego” la utilizaba los “imperialistas asesinos “para matar niños en el Vietcong.
Así eran más o menos las Navidades en Villa Consuelo cuando era niño. Hace ya un buen tiempo.

Ellas bailan solas...


Así se llamaba el dúo formado por Marta Botía Alonso y Marilia Andrés Casares, españolas, y muy populares a finales de los 90s con sus éxitos Cuando los Sapos Bailen Flamenco y Amores de Barra, entre otros. 
Sacó del sombrero el título de este grupo musical para referirme al actual  estado de total indefensión que genera crímenes, abusos y atropellos contra la mujer dominicana por parte de una masculinidad irracional, distorsionada y mal entendida  Ellas bailan solas en contra de su voluntad una danza macabra donde son asesinadas, golpeadas, violadas, abusadas con toda la impune alevosía posible de la que un ser humano puede albergar en su corazón.  La lista de misóginas infamias es tan larga como  la lista de muertas que ya  sobrepasa lass 200 en este  2011 que se aleja.
Ellas bailan solas, tan solas como tan solo se puede estar en un país donde todos bailamos solos nuestra propia desgracia de ser vasallos  de un reino de impunidades donde  poco a poco aprendemos a cumplir deberes y a exigir respetar nuestros derechos ciudadanos. Los homicidios y el maltrato está sancionado en la Constitución, sea del tipo que sea sin importar la estatura jurídica, económica y política del agresor o los agresores. La convivencia pacífica es la meta de toda sociedad.
Poco a poco las mujeres dominicanas ya no  bailan tan  solas. La intimación del ex diputado perredeísta  Julio Romero contra la ginecóloga y comunicadora Liliam Fondeur a fin de que  la comunicadora se retracte de la  acusación de "violador" de  Romero o de  lo contrario tendrá que indemnizarlo con el pago de 20 millones de pesos ha generado un aluvión de respaldo a la Fondeur de consecuencias inesperadas para el propio Romero. Un baile al cual no le conviene bailar.  El ex legislador al parecer no se ha dado cuenta que la epidermis de la sociedad está hipersensible contra el abuso de mujeres vengan de donde vengan. Julio Romero, piénselo, no le conviene. El pleito es bronco.




jueves, 8 de diciembre de 2011

Los placeres van a acabar conmigo




Nuestro mejor homenaje a Luis Días sería evitar su sacralización, mantenerlo alejado del poder que combatió con sus canciones.

Luis (El Terror) Días entró en otra dimensión el martes 8 de diciembre de 2009 a las 10:40 de la mañana. La muerte es pasar de un estadio a otro, es liberación del cuerpo, irrupción de lo desconocido. Para los artistas verdaderos, la muerte no es más que una metáfora existencial.

A sus 57 años El Terror era un noctámbulo de la zona colonial, testigo de un tiempo que ya estaba dibujado en sus composiciones. Nadie como él desafió la muerte, la noche terrorífica del último cuarto del siglo 20 dominicano con su lírica estremecedora, su irreverencia, sus acordes exóticos tan lejanos y tan cercanos de nuestra cultura popular.

Maestro del rock, acólito de Jimmy Hendrix, de la estirpe de Bob Dylan su música rebasó mares y fronteras para asirse al universo de los grandes. Cuestionó el poder en sus raíces, nunca se plegó a los bufones de la cultura oficial y mantuvo hasta el último minuto de aliento su apego al máximo valor de su vida: la absoluta libertad.

 “Dicen que Liborio ha muerto/Liborio no ha muerto ná/Lo que pasa con Liborio/E que no como pendejá”, cantábamos a coro con El Terror en sus conciertos que fueron una marca país para la juventud que combatió los desmanes de Balaguer y de sus matones.

Para entonces El Terror con su Transporte Urbano era la expresión de una generación en búsqueda de modelos universales de vida que pudieran conectarse con lo propio, con nuestra riqueza musical de origen africano que había sido relegada por la cultura dominante.

El Terror se hizo ícono del arte popular contestatario en plena dictadura balaguerista, durante los 12 años, cuando la sangre de los jóvenes abonaba las esquinas y las cárceles eran el lugar más seguro para los “revoltosos”, a esos a quien Luis elevó a la condición de héroes.

Tras la derrota de Balaguer y la llegada del “partido del pueblo y la libertad” al poder, El Terror fue uno de los primeros desencantados de los gobiernos perredeístas, por lo que, también incomprendido y criticado por una izquierda partidaria de escasas luces culturales, se marchó del país a hacer música en otras latitudes, adonde entró en contacto con movimientos musicales de vanguardia en los guetos de Nueva York. Allí tenía lugar, durante los tiempos finiseculares, una avalancha de fusiones rítmicas de las que El Terror nutrió su talento y su creatividad. 

Luis Días hizo que trascendieran la barrera del tiempo histórico personajes míticos como Olivorio Mateo, o campesinas humildes como Mamá Tingó. Eternizó al chulo del barrio y a las trabajadoras sexuales de la parte alta de la capital porque conocía el meneo que por entonces desembocaba en la Marisol, espacio de la madrugada muy próximo al cementerio de la noche.

La prehistoria de Luis Días está en los años setenta, en Convite, en la UASD, en sus investigaciones de campo en zonas rurales y de bateyes donde encontró los elementos y los insumos que le permitieron convertir en música tocada y cantada en clave universal la amplia gama de variedades y registros del folclor criollo. La urbanidad moderna del país es, desde un punto de vista cultural, impensable sin los aportes investigativos y musicales de El Terror Días.

Transporte Urbano lo catapulta como el padre del rock en español de la República Dominicana. El carrito gris de la policía todavía azota a los jóvenes ahora tatuados y despeinados representantes de una generación que El Terror prefiguró. Fue el más rebelde de su tiempo, atacado y rechazado por una clase acomodada y acorralada en una moral burguesa a la que desafió con su propio cuerpo convertido en música y placer. “Los placeres van acabar conmigo”, retumbaba cuando uno de sus concierto entraba en calor.

Salve, sarandunga, congo, mangulina, merengue, bachata… ningún ritmo vernáculo escapó a la guitarra rockera de ese corredor de maratones, bebedor iracundo, contador de cuentos coloraos, bufeador de las esquinas, defensor como el que más de los derechos humanos y de las luchas por un mejor vivir de los sectores populares.

Puede decirse que Luis Días, como las grandes figuras del arte universal, fue desconocido para amplios fragmentos de jóvenes de generaciones posteriores. Su vasto repertorio se encuentra en el anonimato, un arsenal por descubrir que nos queda como legado trascendente.

Los placeres van a acabar conmigo es un tema autobiográfico que retrata fielmente la vida de este gigante de la música, quien realizó las más heterodoxas mezclas rítmicas, las más enervantes fusiones de nuestras melodías, las más exquisitas letras alusivas a nuestro ser cultural.

La juventud de este tiempo tiene en Luis (El Terror) una referencia sin igual, una luz por donde buscar nuevas aventuras espirituales y musicales, una inspiración rebelde, una irracionalidad indoblegable.

Nuestro mejor homenaje a Luis Días sería evitar su sacralización, mantenerlo alejado del poder que combatió con sus canciones, esparcir sus cenizas entre las yerbas, los matorrales y el mar para que a nadie se le ocurra celebrarle una misa de santo difunto, tornarlo creyente o despojarlo de eso que era su condición natural: su cuestionamiento visceral a todo lo que representa dominación.

Alfonso Torres. Periodista y analista político

martes, 6 de diciembre de 2011

Artistas residentes en Estados Unidos impartirán talleres de arte a niños dominicanos y haitianos de Cabarete, Puerto Plata




Eduardo y Alexandruscu estáran todo el mes de diciembre en Cabarete , Puerto Plata
Bajo el lema “Todo niño es un genio”, los artistas  Alice Alexandrescu y Eduardo Velázquez impartirán  talleres de arte dirigidos a niños y niñas de origen dominico-haitianos, , residentes en el barrio La Ciénaga de  Cabarete,  Puerto Plata.
Los  talleres de Alexandrescu y Eduarso  se llevarán a cabo durante todo este  mes de diciembre.
Las actividades docentes destinadas a niños de escasos recursos están contenidas dentro del proyecto  Go Program! (Genius Oulet), programa creado por ambos estudiantes como parte de su proyecto de tesis de maestría en Arte de la Universidad del Estado de Buffalo de Nueva York.
 El objetivo de Go Program! es proporcionar a los niños la oportunidad de utilizar estrategias creativas a través de las cuales puedan desarrollar su potencial individual a través de un ambiente positivo y alentador. Para estos fines, contarán con la colaboración de Alexis Mahon, programadora de arte de la escuela “Mariposas” (método Montessori) de la empobrecida comunidad rural de La Ciénaga. 


Jose Arias
WeBlogArias
Martes 6 de diciembre 2011




Artistas de la música, el teatro y la plástica recordarán a Luís Terror Días


 
“Luís Días de Día y de Noche” se realizará el jueves 8 en el Parque
Duarte de la Zona Colonial de Santo Domingo

Al conmemorarse dos años de la partida a destiempo  del Maestro de la Música Dominicana, Luis –Terror-Días, un grupo de artistas y comunicadores recordarán su memoria mediante la realización del evento “Luis Terror de Día y de Noche el próximo jueves 8 de diciembre en el Parque Duarte de la Zona Colonial

La actividad, destinada a resaltar y agradecer  la obra y el estudio riguroso de la música raíz dominicana realizado  por el Terror, se llevará a cabo de 10:00 de la mañana a 10:00 de la noche del jueves ocho de los corrientes.

La conmemoración es coordinada por el  artista, compañero musical de Luis e investigador, José Duluc; y por la antropóloga Soraya Aracena, quien dedicó el V Festival Antropológico de Culturas Afroamericanas (1999), celebrado en el Centro Cultural de España a la obra de este artista, y el fotógrafo Pedro Amorós. 


Participarán grupos musicales, artistas de la plástica, comunicadores y  teatristas.  Se proyectarán videos sobre la vida y obra del Terror. El evento es totalmente gratis.

Luís Díaz, quien empieza a sobresalir en el mundo musical con la aparición de la agrupación Convite en el ano 1972, formo varias agrupaciones, entre las que mencionamos la banda de rock Transporte Urbano. Fue considerado el “Padre del rock dominicano”.

Como compositor fue el autor de “Baila en la calle”, “El guardia del arsenal”, “Marola”, “Ay ombe “ y “Liborio”, entre otras. También escribió para Marc Anthony el tema “Mi barrio”, cantado en la película Blue in the Face, donde trabajo junto a David Byrne. En el ano 2006, la reconocida artista Shakira y el rapero haitiano Wyclef Jean, en su tema Hips Don Lie hicieron uso sin permiso de uno de los estribillos de Baila en la Calle sin mencionarlo en los créditos, desatando gran controversia.

José Arias
WeBlogArias

Martes 6 de diciembre del 2011



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