miércoles, 18 de abril de 2012

Náufrago







Se nos fue la decencia, el pudor, las buenas maneras y el buen estar en nuestro querido país. Si, lo sé, estoy escribiendo sobre esa cortesía burguesa, conservadora, asociada con “las buenas costumbres” que de buenas solo tiene los beneficios que deja y las costumbres de robarse o hacer lo mal hecho. Bien, pero en este momento hace falta un mínimo de ética . Un chorrito de mirar las  cosas desde fuera y  empezar a tomar decisiones. Este país se nos escurre de las manos, poco a poco, como cuando metes las manos en un rio y el agua fría , los trocitos de rama, las piedras, se escurren y prefieren irse a navegar  a cauce abierto.

Todo lo burgués que ustedes quieran, me da igual.  A mí me criaron, me educaron, me formaron con la educación propia de un país recién liberado  de una dictadura como la de Trujillo. Barbaridades como la letra entra con sangre y “los muchachos no hablan cuando hablan los adultos”, Cosas así, de ese tono si se quiere de mode,  luego me rebelé de alguna manera contra todo eso. Ojo: la represión en nuestra educación sentimental, en nuestra formación  de cara la mundo,  no es una solución, es una complicación y hasta cierto punto una condena.

Sin embargo, ahora, en la segunda década del Siglo XXI ,  en plena “democracia”, en pleno “Estado de Derechos”, en plenas conquistas sociales, políticas, culturales, etc., vivimos un verdadero estado de putrefacción. La decencia brilla por su ausencia y en todos los órdenes prima la mezquindad, el irrespeto, la irresponsabilidad y el desconcierto.

Todo está contaminado, hasata el aire. Las fuerzas “progresistas”, léase de “izquierdas” son las más podridas. Generan un discurso y en la práctica reproducen el sistema de clientelismo, cooptación y desesperanza para los demás. Solo están listas a generar dividendos a los bolsillos de sus dirigentes. No falta dar más detalles. El que tenga más saliva, que coma más hojaldra.

Se nos fue la decencia. Pensaba que a mi edad viviría otra cosa. Todo da igual, todo! Robar mentir, calumniar y todo sigue como si fuera lo más normal del mundo. Y yo me siento náufrago como el personaje de Tom Hanks que en un momento de desesperación se paró frente al mar y gritó desde el fondo de sus intestinos su incapacidad de estar SOLO EN UNA ISLA .  Tampoco a nadie le importa si soy náufrago o no. Gran vaina.
N
Quisiera ser más optimista, en serio….pero no me sale

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