viernes, 17 de febrero de 2012

Fermín, ahora los payasos nos cobran caro la risa



Hoy, a cuatro años de tu partida, las gentes y sus cosas  han cambiado mucho. Mucho más que en los tiempos en que escríbías la columna "Bocadillos" y aquel  guíón de humor político para radio "Con Pique y Sin Pique" a través de  Radio Popular y que en lo 70s y 80s se convirtieron en  una especie de "twitter" hilarante para escapar de las  brutales  embestidas de los 12 años y luego de  los desaciertos y desafueros del PRD del Cambio del 78 que no pudo ni quiso sostener.  Toda esa triste historia de Don Antonio Guzmán suicidándose,  de  Jorge Blanco haciéndose el enfermo y  de  Majluta transitando su limbo de 41días.

Tú, que ya en esas épocas te autocensurabas-es una gran mentira que en este oficio nadie se autocensura-ahora tendrías que medir tus jocosas ocurrencias de Caballo de Troya con su fardo de  denuncias sobre  la difícil  actualidad  que te tocó vivir.

Padre, ahora  nos ahogan la  violencia y  el narcotráfico. La "democracia" que tú no conociste  allá, en tu juventud del  Parque Cáceres de tu querida Moca cuando tan sólo pronunciar  Trujillo generaba una estampida de la pandilla que frecuentabas, es ahora esa "democracia" un payaso que te provoca la risa y  que al final de la velada te cobrará muy caro las carcajadas.

Fermín, ahora nos hemos convertido en  protagonistas sin libreto ni camerino de un circo de equilibristas de vuelo alto capaces de caminar la cuerda floja   sin malla abajo que amortigue su  caída. Un circo de  payasos que se disputan tu risa sin ofrecer nada a cambio. Enanos expertos en mentiras creibles. Truhanes. La Mujer Más Alta  del Mundo porta una pistola en el cinto durante toda la función.

Tus jocosas ocurrencias serían mal vistas. Los miles de papelitos que escribías, la materia prima de cada día, tendrías que revisarlos. Con Pique y Sin Pique no sería un ejercicio de libertad sino de loas y enmiendas para no "macarla".

A cuatro años de tu partida,  las gentes y sus cosas han cambiado mucho. Ahora más que nunca, te conservo en mi memoria.

 Un hombre , aunque no sea tu padre, que  no haya robado ni hecho daño  a nadie, debe merecer el respeto y la consideración de sus semejantes. 

Por lo menos, la decencia  que te caracterizó durante toda tu vida, debe ser ponderada y eso intento celebrar  con estas letras. 

 Claro,  ahora la decencia  es un valor en extinción. En estos tiempos de  compra y ventas del decoro y la dignidad,  los  payasos de los que te hable, los que se afanan por hacerte reir,  se encargaron de matar la decencia. Hace rato.

In memorian a Fermín Arias Belliard

Periodista y escritor
1936-2008

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