jueves, 7 de junio de 2012

Ray Bradbury



Claudio Acosta, amigo y colega me dio a conocer las historias fantásticas de este señor canoso, de grandes gafas de carey y expresión de no pisar la tierra cuando camina. Era el autor norteamericano Ray Bradbury quien acaba de viajar a otro planeta menos complicado que éste.

Lo primero que Claudio me dio a leer fue Crónicas Marcianas. La traducción al español  era muy sosa, sin firmeza  pero Bradbury dejaba mostrar su genio y su encanto, su talento para narrar sobre gente e historias de otro mundo sin que yo dejara de apartar mi vista del libro. Es decir, tengo que reconocer que el enganche fue fulminante. Nocaut desde el primer capítulo.

No soy crítico literario ni pretendo serlo pero los cuentos de Bradbury  -todo depende de la traducción, destilan interés profundo  por los grandes temas humanos: la guerra, la muerte, el amor y la soledad del hombre ante las grandes  incertidumbres.  Existencialismo del Tercer Tipo.

Todo eso aliñado con historias fantásticas tan reales como la vida misma.  Todo en plan de pura cinematografía. Steven Spielberg  se hubiera dado banquete llevando al cine uno de sus cuentos. No sé por qué no lo hizo.

 Pero mejor así, otro monstruo del cine  se hizo cargo de Fahrenheit 451, nada y nada menos que Francois Truffaut.

Los dejo con un trozo de Crónicas Marcianas

"He encontrado un motivo para luchar y vivir. Eso me hace más peligroso. He encontrado algo que es para mí como una religión. Como aprender a respirar otra vez. Sentir en la piel la caricia del sol, dejar que el sol trabaje en uno, escuchar música, leer un libro. ¿Qué me ofrece en cambio la  civilización de usted?"


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